I - QUIEN ES JAKE

Año 2012:

“Se han inventado unos nuevos juegos capaces de mover una pelota con un simple pensamiento.”

Año 2037:

“Se descubre que por primera vez, la telequinesis y la videncia son realmente posibles.”

Año 2067:

“Lo que antes se creía un simple mito de las historias fantásticas, se ha convertido en realidad. Magos como David Copperfield, eran capaces de semejantes cosas debido a un Gen especial en su ADN.”

“Algunos científicos han comenzado a investigar sobre el asunto.”

Año 2087:

--¿Qué haces padre?

Fisher dejó de mirar los papeles que tenía a su alrededor y fijó sus ojos en su hijo de apenas cinco años de edad, este lo miraba con sus ojos grises cargados de curiosidad:

--Estoy estudiando algunos detalles de mi ensayo.

El pequeño lo miró sin comprender, Fisher le hizo un gesto con su mano mientras sonreía de medio lado:

--Acércate Jake, te mostraré en lo que estoy trabajando.

Jake caminó hasta su padre y sentándose en sus piernas lo escuchó atentamente:

--Verás, imagino que has visto últimamente las noticias, evidentemente no espero que las comprendas, eres demasiado pequeño para ello, así que te lo explicaré de forma que puedas entenderlo.

Hay gente que piensa que algunos tienen en su interior algo que es malo, y desean extraerlo y si no es posible destruirlo.

Por otra parte hay personas que defienden que ser diferentes no es algo malo, que a ellos no les sucede nada y que tan solo es algo que beneficia a todos, lo llaman progreso o evolución.

Al existir esos dos frentes se ha desatado una contienda, en estos momentos, hay en el poder una persona que es capaz de impedir que la cosa vaya a más, mi trabajo es demostrar cuál de las dos partes tiene razón.

Jake se mantuvo callado por unos momentos y después dijo:

--¿Son peligrosos de verdad?

Su padre lo miró unos momentos y negó:

--Hay de todo hijo, nadie es bueno o malo, tan solo nos decantamos por uno de los lados según vamos creciendo, al principio solo somos grises, algunos buscan el color más oscuro, otros buscan la claridad.

Me temo que eso no lo ve todo el mundo.

Jake no dijo nada y su padre lo bajó y dijo:

--Ve a jugar con Miranda, seguro que te está buscando.

Tras darle un beso a su padre, Jake, salió a buscar a su hermana mayor, Miranda tenía diecisiete años, solía ayudar a su padre en algunas cosas, la encontró hablando con su amigo Jhos, este no le agradaba, pues lo trataba mal.

--Aquí tienes al anormal.

--No lo llames así Jhos, ¿qué quieres Jake?

 --Papa me dijo que me buscabas.

Miranda no dijo ni sí o no, tan solo se encogió de hombros, depositó un beso en los labios de Jhos, y cuando este se marchó se giró a mirar a Jake:

--¿Qué quieres hacer enano?

Jake miró a su hermana, desde que había conocido a Jhos, su hermana era diferente:

--¿Me darías algo de leche?

Miranda hizo un gesto torcido con los labios y caminó hacia la cocina, Jake la siguió, su hermana contaba con un cabello antes largo de color rojizo, era igual al de él, sin embargo sus ojos eran marrones claros, muy diferentes a los suyos.

Era curioso, pero ni sus padres, ni Miranda contaban con su color.

--Aquí tienes.

Miranda colocó un vaso con leche encima de la mesa, al posarlo derramó un poco, Jake se sentó:

--¿Estás enfadada conmigo?

--No.

Cortó esta sin más, Jake, cogió el vaso con sus manos y se lo acercó a los labios, bebió un poco y la soltó rápidamente:

--Quema.

Miranda sonrió de medio lado:

--Pues te aguantas.

Sin entender a su hermana, ni el por qué lo trataba así, Jake rompió a llorar, Miranda resopló y comenzó a alejarse, estaba por llegar a la puerta y salir de allí, cuando el vaso de leche se estrelló contra el marco de la puerta, Miranda se detuvo en seco, a la par que el llanto de Jake también cesaba.

Miranda se giró a mirarlo, y Jake descubrió sorpresa en su mirada, Jake por su parte miraba a la mesa donde hasta segundos antes estaba el vaso:

--¿Qué ha pasado aquí?

Sus padres llegaron en ese momento, al ver la sonrisa en el rostro de su hermana sintió miedo, no era su sonrisa habitual:

--Es cierto, después de todo es verdad, Jhos decía la verdad.

--¿De qué estás hablando Miranda?, ¿quién ha roto el vaso y derramado toda la leche?

Preguntó su madre agachándose a recoger los cristales y limpiar el lugar:

--Ha sido Jake, él tiene el Gen.

Un grito de horror escapó de los labios de su madre al escuchar esas palabras, por otra parte su padre palideció, caminó hasta él y cogiéndolo de los hombros lo obligó a mirarlo.

Jake a través de las lágrimas vio el miedo reflejado en los ojos de su padre, tardaría años en comprender que lo que su padre miraba tan asustado, era la aureola color fuego que envolvían sus ojos siempre grises.

Año 2088:

Febrero:

“Jhos Hartman,n, ha sido elegido nuevo presidente, su movimiento radical al fin ha encontrado un sitio.”

Diciembre:

“Fisher Stuart, reconocido científico especializado en sus estudios en lo relativo al Gen, ha sido destituido de su cargo y apartado de su investigación, Jake Stuart, hijo de este, contiene el Gen.”

Año 2090:

“Terrible tragedia, la casa de Fisher Stuart terminaba completamente destruida y reducida a cenizas la pasada noche. Su hija Miranda declara que su hermano menor fue el causante de dicho incendio, provocando la muerte del matrimonio Stuart.”

“Jake Stuart encontrado culpable y designado al hospital psiquiátrico de Men.”

“Se aprueba la ley de restricción de quienes poseen el Gen.”

Año 2091:

--Páralo, hermana sabes que no es cierto, que yo no hice nada. Tienes que sacarme de aquí.

Jake tenía lágrimas cayendo por su rostro, Miranda lo miraba fijamente y tras mirar unos instantes a la cámara que los estaba grabando declaró:

--¿De verdad quieres salir de aquí Jake?

--Sí, sí, te juro que seré bueno, que haré todo lo que me pidas.

--¿Todo?

Inquirió Miranda sin apartar su mirada de este, Jake se mordió el labio inferior, un escalofrío lo recorrió, recordó algunas de las cosas que le habían hecho en ese hospital y asintió, nada podía ser peor que lo que había pasado ya, además, Miranda era su hermana.

--Muy bien, hablaré con tú médico Jhos, ha creado un lugar seguro para ti, juntos nos ocuparemos de que nada malo te pase, ya sabes lo que quiero a cambio.

Asintió asustado y esperanzado, con su hermana cerca, estaría bien. Tardaría solo una semana en entender, que el hospital era más seguro para él.