Era de noche y en el interior del auto, pese a que parecía que todos descansaban con tranquilidad y profundamente, ese no era el caso, y Jake revivía en su mente recuerdos que hacía tiempo no le asaltaban:
“Respiraba casi sin fuerza, cada
bocanada de aire que conseguía introducir en su interior, le abrasaba. Con los
ojos llorosos miró al frente, delante de él se encontraba Grey y justo a
espaldas de este y tras un cristal, estaba Miranda, la cual no apartaba su
mirada de él y sonreía alegremente.
Grey por otra parte reía más
abiertamente, los miró desesperado, ¿por qué no lo podían dejar en paz?, ¿cómo
quería Miranda que hiciera algo imposible?, ¿Qué había hecho para merecer ese
trato?
--Ponte en pie Jake, no tenemos todo el
día y sabes que no soy paciente. --Al escuchar el tono de esta, intentó
respirar profundamente una vez más, pero sintió como si mil agujas se le
clavaran en el pecho a la par, cerró los ojos por el dolor: --Muy bien, parece
que necesitas un incentivo para obedecer, traed al otro.
¿Al otro?, Jake miró rápidamente hacía
la puerta al ver que esta se abría, se encontró con que un tipo traía, no con
facilidad, a otro chico que luchaba con uñas y dientes, (esto último
literalmente) pues mordía al tipo en el antebrazo.
Sin contemplación alguna, y furioso,
voleó al chico contra el suelo y se marchó de allí, dejando ahora a los tres
solos en esa extraña sala.
--Me han dicho que has intentado escapar
una vez más, deberías ya saber que eso no te llevará a ninguna parte. Grey.
Sin perder su sonrisa y sin apartar sus
ojos azules de él, Grey hizo que su mano se abriera, juntó dos de sus dedos y
los fue separando poco a poco.
Un hilo plateado se formó entre ambos
dedos, Jake sabía en lo que desembocaría eso:
--Agáchate…y… cúbrete. – pese a que su
voz había sonado en un susurro, el muchacho pareció escucharlo porque lo miró
fijamente, Jake se quedó helado al encontrarse con ese profundo verde jade fijo
en sus ojos grises.
Lo vio mirarlo y supo que iba a formar
una sonrisa en su rostro, pero esta no llegó nunca a terminar de formarse, en
su lugar, se escuchó un grito de dolor salir de los labios de este y Jake vio
como caía de rodillas al suelo.
Grey se detuvo a una señal de Miranda y
el chico ahora en la misma postura que él, miraba hacía ellos sorprendido:
--¿Qué…?
--Tú protección no sirve Nólan, ¿No es
genial?, el único que puede ayudarte ahora, es el que está a tú lado, ¿Qué
dices Jake?, ¿Seguimos dándole una lección?
Negó impotente y Miranda sonrió:
--Pues ya sabes qué tienes que hacer.
–Miranda sonrió aún más y de forma alegre y cantarina añadió: --Grey.
--No, no puedo, incluso él no puede, por
favor hermana.
Miranda lo miró durante un buen rato,
pero el grito del tal Nólan atrajo toda su atención, era un grito de puro
dolor:
--Para, Grey vas a romperle algo, detente.
--Aprieta más Grey.
Ordeno su hermana, Jake se levantó como
pudo y alcanzó a Nólan quien seguía de rodillas sin la posibilidad de moverse,
no podía ser mayor que Jake y sus ojos estaban llorosos.
--Miranda no puedo, de verdad, te digo
la ver…
--Pues entonces quédate quieto mientras
ves como lo castigamos, algún día tú lugar será el que ocupa ahora Grey, ¿no te
gustaría Jake?, sabes que tú deberías estar en ese puesto, a mí lado, como
madre y padre querían.
Jake miró a Miranda, era cierto, sus
padres los querían juntos, y él no había nada que deseara más que poder estar
al lado de ella, pero lo que Jhos le pedía que hiciera…, al sentir que Nólan lo
agarraba con fuerza del antebrazo sus pensamientos se disiparon:
--¿Estás bien?
Nólan lo miró enfadado:
--¿Tú que crees?
Lo apartó de él furioso y Jake cayó al
suelo de nuevo mirando a Nólan sin entender, él solo había querido ayudarlo.
--Yo solo quería…
--¿Ayudarle?, déjate de tonterías Jake,
ambos sabemos que ese te importa bien poco, por eso no me obedeces, te gusta lo
que ves, verlo gritar te hace sentir….
--NO, Cállate, eso es mentira, yo no
puedo ayudarlo, la barrera que hay aquí es imposible de…
--Ya basta de excusas, Grey, quiero que
continúes hasta que Nólan caiga, que le quede grabado a fuego que escapar no es
una posibilidad.
Jake vio horrorizado como Nólan caía al
suelo y se revolcaba en el mismo, para su horror se percató de que unas
ampollas comenzaban a salirle a este, fuego, Grey había comenzado a utilizar el
fuego.
Abrió los ojos asustado, no, él ya había
vivido algo relacionado con el fuego que deseaba borrar, no deseaba nada más.
Su cuerpo entero tembló, furioso se puso
en pie, corrió donde Nólan y se colocó ante él, no se percató de que Miranda se
giraba rápidamente a mirar a ambos lados de ella, a la par que Grey fruncía el
ceño.
No, nada de su alrededor importaba ya,
solo el hecho de que Nólan había dejado de gritar, de repente el suelo comenzó
a temblar y las paredes a desquebrajarse, Miranda miraba hacía él con tal
deleite que parecía una loca.
Grey retrocedió rápidamente, y salió de
la estancia, antes de darse cuenta, el cristal tras el que estaba Miranda
estalló, varios cristales cayeron contra ella, produciendo algunos cortes sin
importancia en el rostro de su hermana, pero ella no pareció notarlo.
Sonreía realmente contenta, a los oídos
de Jake llegaban varios pitidos, algunos eran de alarma, otros sin embargo
pertenecían a las máquinas que Miranda tenía frente a ella:
--Eso es Jake, muéstrame todo el
potencial de tu gen-mod.
Furioso Jake cerró los ojos, cuando los
abrió, una aureola color oro envolvía sus ojos grises.
--Estos números son imposibles.
Escuchó que decía alguien, pero no
importó, solo deseaba salir de esa jaula, ¿dónde estaba lo que seguía provocando
esa barrera que le impedía ser liberado?
Un segundo cristal estallo, cuando Jake
miró hacía este descubrió a Saray, la hermana de Grey tras el mismo, ella
estaba llorando, pero sin duda era la que estaba proyectando la barrera, por
eso Grey sí podía utilizar sus habilidades, ambos compartían el gen-mod.
Jake la miró tan enfadado que dirigió
hacía ella tal carga, que Saray no fue capaz de absorber, lo que provocó que
cayera desmayada, y con ella su barrera, sin barrera que lo retuviera, Jake
dejó salir todo su enfado, ocasionando que las alarmas se dispararan como locas
y que toda la estancia se hundiera, una piedra cayó desde el techo y lo golpeó
en la sien, mareado, él mismo cayó al lado de Nólan, quien lo miraba entre
sorprendido y furioso:
--¿Por qué tardaste tanto en ayudarme?
El reproche le hizo entender a Jake que
había conseguido un nuevo enemigo.”
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